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Aunque en México los fabricantes de piezas para sistemas de propulsión (powetrain) del sector automotriz siguen fabricando mayoritariamente elementos para motores de combustión interna, en el mundo son cada vez más los fabricantes de equipo original (OEM, pos sus siglas en inglés) que requieren de piezas para vehículos híbridos o eléctricos.
Prueba del cambio que sufre este sector es que diversos OEMs como Volvo, General Motors, BMW y Volkswagen, han anunciado recientemente sus planes para fabricar la totalidad de sus vehículos con sistemas de propulsión eléctrica, lo que se daría en algún momento entre los años 2030 y 2045.
Ante este contexto, la pregunta inevitable es si seguir fabricando tecnologías pasadas, pero todavía rentables en un mercado como el mexicano, o transitar hacia la fabricación de nuevas tecnologías.
Al respecto, Mauricio Rosales, gerente de ventas de Zeiss México Car Body Solutions, mencionó que, desde su perspectiva, los motores de combustión interna y toda la cadena de valor que hay alrededor de ellos, no desaparecerá por completo, aunque, eso si, dicha tecnología continuará evolucionando y combinándose con otras tecnologías.
“Las tecnologías alternativas están en crecimiento; a la par, los motores de combustión interna van a decaer bastante, pero no creemos que vayan a desaparecer, pues seguramente habrá muchas tecnologías que se puedan incorporar para hacerlos más eficientes y menos contaminantes”, afirmó Rosales durante su participación como conferencista en la TECMA.
El experto en tecnologías de medición para electromovilidad afirmó igualmente que, aunque en algunos países, como México, los automóviles híbridos han ganado terreno con modelos como el Toyota Prius, todo indica que al final serán los autos netamente eléctricos (BEV, por sus siglas en inglés) los que dominen el mercado.
Los cambios en los sistemas de propulsión son especialmente relevantes para los fabricantes de piezas como bloques y cabezas de motor, pistones, sistemas de escape o transmisiones, pues algunos elementos de este tipo se encuentran en peligro de extinción debido no solo al cambio de tecnología, sino también a la disminución de los componentes requeridos para el armado de un automóvil.
En promedio, los sistemas de combustión interna tienen mil componentes. En el caso de los híbridos, estos aumentan a mil 200 componentes. No obstante, los sistemas de propulsión eléctrica están compuestos por alrededor de 200 elementos, lo que indudablemente pone en entredicho no solo la continuidad de ciertas piezas, sino también el nivel de utilización de ciertos procesos como el de pulido o torneado, para este caso en particular.
Por otro lado, la demanda de componentes plásticos, de aluminio o de materiales compuestos, se ha convertido en una oportunidad para los fabricantes del sector, quienes, en algunos casos, como en el de la empresa Nemak, ya se encuentran haciendo carcasas de baterías, además de líneas tradicionales de bloques de motores y cabezas de cilindros.
En todo caso, encontrar el ‘timing’ adecuado para seguir siendo rentables con la fabricación de piezas aún requeridas, al tiempo que se comienza a transitar hacia la fabricación de piezas que cada vez serán más demandadas, será una tarea de la cual los proveedores del sector no podrán escapar. En este contexto, la capacitación tecnológica, la innovación y en general la investigación y el desarrollo, serán vitales.
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